La torre departamental de 8 pisos redefine la elegancia moderna con un diseño minimalista y limpio que prioriza las líneas puras y los volúmenes dinámicos. Las terrazas, cuidadosamente dispuestas en cada nivel, crean un juego visual de movimiento que otorga al edificio una identidad única. Estas terrazas no solo ofrecen amplias vistas, sino que también rompen la uniformidad de la fachada, generando un equilibrio entre funcionalidad y estética.
El color blanco domina el diseño exterior, reflejando la luz natural y reforzando el carácter contemporáneo del proyecto. La planta baja, elevada sobre el nivel de la calle, alberga un estacionamiento de acceso controlado que se integra discretamente al diseño. Al lado, una alberca de lujo, rodeada de detalles minimalistas y áreas de descanso, se convierte en un espacio exclusivo para la relajación y el disfrute de los residentes.