Villa de tres pisos que destaca por su arquitectura moderna y sofisticada, con una fachada que presenta un contraste entre materiales de alta calidad y una composición geométrica refinada. En la parte frontal, el concreto blanco liso y puro predomina, creando una apariencia limpia y elegante que transmite serenidad y modernidad. Las líneas rectas finas definen la estructura, mientras que los juegos geométricos en la fachada aportan dinamismo visual sin perder la simplicidad del diseño.
Un elemento destacado de la villa es el portón, construido con concreto reguileteado, que no solo actúa como barrera de privacidad, sino también como un elemento artístico que agrega textura y profundidad a la entrada.
La recámara principal se distingue con un elemento de concreto aparente oscuro, creando un contraste audaz que resalta frente a la pureza del concreto blanco. Este detalle no solo marca un punto focal arquitectónico, sino que también contribuye al diseño de la villa, brindando un carácter único al espacio.
En el patio, el diseño se enfoca en la serenidad y la conexión con el entorno, utilizando espejos de agua que reflejan la imponente fachada de la villa, creando una sensación de calma y ampliando visualmente el espacio. Estos espejos de agua no solo proporcionan un toque de lujo, sino que también enriquecen la experiencia visual y sensorial, ofreciendo un ambiente relajante para las áreas recreativas y de descanso.