Situada en el impresionante desierto de Sonora, esta villa combina la arquitectura mediterránea con un diseño contemporáneo, utilizando concreto blanco como material predominante. La villa se adapta perfectamente a la topografía natural del terreno, abrazando sus curvas y niveles para integrarse con el paisaje árido y majestuoso. Esta conexión orgánica no solo resalta el diseño, sino que también permite aprovechar al máximo las vistas panorámicas hacia el horizonte y el mar.
La arquitectura presenta volúmenes simples y equilibrados, con techos planos y líneas limpias que reflejan la esencia del estilo mediterráneo. Las terrazas abiertas y espacios exteriores están diseñados para disfrutar del entorno, mientras que los materiales y colores en tonos claros ayudan a minimizar el impacto térmico, creando una sensación de frescura en medio del desierto